lunes, 28 de junio de 2010

La abulia


Esta vez ha sido complicado, aprovechando el fresquito empecé muy temprano a remolonear con el ordenador, intentando dar con un tema interesante que poder desarrollar en el blog. Trascurridas dos horas me planteé intentar dar con un tema cualquiera, aunque no tuviese interés alguno… y ni aún así. Nada, no había manera, no se me ocurría nada. Como el tiempo pasaba y seguía en las mismas, me planteé coger una enciclopedia, abrirla al azar y con los ojos cerrados señalar un punto de la misma, a ver qué pasaba. Dicho y hecho, abrí la enciclopedia, señalé un punto y ¡zas! ¡Casualidades de la vida: la chinchilla, mi tema favorito! Solo pensar que tenía que empezar a documentarme para hablar de algo así como “la reproducción de la chinchilla verde en primavera”, me dio un perezón... Y conste que soy consciente de que podía haber sido peor, podía haberme tocado dedicar el blog al famoso “bicho bola”.
Al final tuve suerte, di la luz y me iluminé. Ya que no me apetecía hablar de nada, ¿por qué no hablaba de la abulia? Al fin y al cabo era algo que conocía muy bien y no necesitaba documentarme. Pues nada, a hablar de la abulia, aunque me sigue dando un perezón… Como por algún lado tenemos que empezar, os traslado que según la enciclopedia Salvat, la abulia se define como la nueva capital de Nigeria, ubicada en el centro del país. Se empezó a construir en 1976 en un lugar elegido por su facilidad de accesos, posición central y clima saludable... Perdonad, creo que me he equivocado, me había ido unas líneas más arriba, estaba trascribiendo lo que ponía en “Abuja (Abuya)”. De cualquier manera, ya que estoy os completo la información comentándoos que Abuja ha sustituido a Lagos como capital y que no han debido construir muy mal porque la ciudad cuenta ya con 800.000 habitantes, siendo nigerianos la mayor parte de ellos, ¡qué cosas!
Volviendo al tema, la palabra abulia viene del griego, aboulía, y se refiere a una falta o disminución de la voluntad. En psicología se define como un trastorno de la voluntad caracterizado por apatía, indecisión, descoordinación y confusión de pensamiento; vamos, que con esa sintomatología sospecho que la apatía nos afecta a casi todos en mayor o menor medida, especialmente los lunes (si es que todo coincide...). Cabe reseñar también que la apatía no se mantiene constante a lo largo del día, sufre todo tipo de fluctuaciones. Para poder demostrarlo de una manera más clara, a modo de ejemplo tomaremos un lunes cualquiera:

  • 6:30 a.m.: Incredulidad, no nos podemos creer que ya sea la hora de levantarnos. Tenemos sueño y nos queremos morir. Nivel de apatía: 0%
  • 6:50 a.m.: Seguimos rezongando en la cama, hemos conseguido abrir el ojo derecho, con el izquierdo aún tenemos problemas. Es imposible, no vamos a poder ir a trabajar. Nivel de apatía: 0%
  • 7:05 a.m.: Hemos conseguido abrir el ojo izquierdo (eso sí, a medias) y a duras penas hemos llegado hasta la ducha. Nos hemos dejado un pie en el marco de la puerta (el pie derecho para más inri), pero nos ha venido bien, el dolor nos ha hecho abrir el ojo del todo. Giramos la llave del agua caliente y mientras echamos una confortable y larga meada nos preguntamos “¿por qué…?” Mente en blanco, encefalograma prácticamente plano. Nivel de apatía: 100%
  • 7:08 a.m. Nos colamos al fin en la ducha. El agua caliente nos reconforta y nos quedamos allí sin movernos durante cinco minutos, no nos apetece movernos. Al final, en un alarde de voluntad nos decimos “¡Amos, a por ellos…!” y nos enjabonamos. Nivel de apatía: 90% 
  • 7:15 a.m.: Salimos de la ducha y nos secamos a toda leche, nos ponemos lo primero que encontramos tirado por el suelo y nos vamos a la cocina. ¡Mierda, se nos ha hecho tarde! Nivel de apatía: 1%
  • 7:16 a.m.: Vaya, ahora no queda café. Mejor, no nos daba tiempo; otra vez que vamos a llegar tarde. Nivel de apatía: 0% 
  • 7:25 a.m. Nos empotramos en el metro atestado de gente como podemos (que es mal, claro está) y nos quedamos en una posición ridícula, no nos podemos mover; si al menos pudiésemos apoyar la otra pierna, ha quedado recogida como la de una cigüeña y es francamente incómodo. “Próxima estación: Batán” oímos al tiempo que nos evadimos, preguntándonos de nuevo: ¿por qué? Instantes después nos volvemos a centrar en las cigüeñas, “¿por qué encogerán la pata? ¡Qué incómodo debe ser!" Aunque lo intentamos, no logramos entender a las cigüeñas. Nivel de apatía: 98%
  • 8:15 a.m. : Entramos a la oficina quince minutos tarde, no se nos ha dado mal del todo, ayer fueron treinta. Nos sentamos frente al ordenador y lo encendemos, mientras oímos el agudo piiiiiiii nos volvemos a preguntar "¿por qué? Y ¿por qué las cigüeñas no se apoyarán en el suelo, debe ser mucho más descansado…? ¡Joer, qué raras son las jodías!" Nivel de apatía: 99%
  • 8:30 a.m.: ¿Por qué…? Nivel de apatía: 98%
  • 9:00 a.m.: ¿Por qué? ¿Por qué…? Nivel de apatía: 99%
  • 9:35 a.m.: Cafelito en el bar y dos churros. Nivel de apatía: 0%
  • 10:10 a.m.: Introducimos la contraseña para desbloquear la pantalla. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué…? Nivel de apatía: 100%
  • 11:00 a.m.: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué…? Nivel de apatía: 100%
  • 12:00 a.m.: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué…? Nivel de apatía: 98%
  • 1:00 p.m.: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué…? Nivel de apatía: 99%
  • 1:55 p.m.: Nos abrimos, total para cinco minutos que quedan... Nivel de apatía: 2%
  • 2:05 p.m.: Crema de calabacín y solomillo al roquefort, y para beber una cerveza Sin. Nivel de apatía: 0%
  • 2:30 p.m.: ¡Joer qué sueño que nos está entrando! Se nos ha vuelto a cerrar el ojo izquierdo, tendríamos que hacérnoslo mirar. Nos tomamos un café con hielo que parece sentarnos bien; el ojo izquierdo sigue dándonos problemas… ¿por qué? Nivel de apatía: 99%
  • 3:15 p.m.: Nos sentamos de nuevo frente al ordenador. No entendemos nada, es todo tan absurdo, la vida, el trabajo... Tenemos sueño, el ojo izquierdo se ha cerrado del todo y tenemos que introducir la contraseña tres veces… "¡jodío teclado! ¡cómo se mueve el tío…!" Nivel de apatía 110%
  • 4:03 p.m.: Nos sobresalta el ruido del teléfono. ¡Joer, quién llamará a estas horas…! “Vale, perfecto allí estaré, a las ocho entonces”. Nivel de apatía: 25%
  • 4:05 p.m. Nos vamos al baño a darnos agua en la cara, a ver si nos despejamos y ya de paso hacemos unas aguas menores. Nivel de apatía: 43%
  • 4:30 p.m.: Volvemos del baño, al final fueron aguas mayores. Bueno, vamos a ver si nos ponemos y nos cunde un poco… Nivel de apatía: 14%
  • 5:00 p.m.: Decidimos dejar el informe, lo terminaremos mañana. Hacemos un par de llamadas personales. Nivel de apatía: 6%
  • 6:30 p.m.: Colgamos el teléfono. Mente en blanco… ¿qué hacemos? Decidimos terminar el informe. Nivel de apatía: 17%
  • 6:45 p.m.: Terminamos el informe y recogemos, total para quince minutos que quedan... Para no perder tiempo cerrando programas, decidimos salir a las bravas y mantenemos pulsado el botón de encendido mientras caemos en la cuenta que habíamos olvidado guardar el informe. "Bueno, no pasa nada, mañana lo haremos de nuevo", nos decimos. Nivel de apatía: 32%
  • 6:55 p.m.: Nos metemos en el metro y volvemos a pensar en la cigüeña, ¿por qué lo harán…? Nivel de apatía: 67%
  • 7:38 p.m.: Salimos del metro y nos dirigimos al bar en el que hemos quedado. Todavía no ha llegado nadie; pedimos una caña y nos acomodamos en la mesa que está frente a la televisión, al menos nos entretendremos. ¡Qué fresquita está la cerveza…! Nivel de apatía: 1%
  • 7:55 p.m.: Llega Paco. Menos mal, estábamos quedándonos dormidos. El ojo izquierdo parece que quiere reaccionar. “Paco, pídeme otra caña según vienes”. Nivel de apatía: 0%
  • 9:00 p.m.: Mareillo. Nivel de apatía: 3%
  • 10:00 p.m.: Mareo. Nivel de apatía: 13%
  • 11:00 p.m.: Mareazo. Nos queremos ir a casa y el ojo izquierdo se nos ha vuelto a cerrar. Nivel de apatía: ¿Y eso qué es...? 
  • 11:30 p.m.: Entramos en casa y nos arrastramos hasta la cama. ¡Joer, qué mareo más tonto...! Dejamos la ropa "recogida" en el suelo y nos dormimos al tiempo que dejamos escapar un último “¿pod quéee…?" Nivel de apatía: 0% Nivel de sueño: 100% 
Espero que el ejemplo (que nada tiene que ver conmigo) sirva para demostrar que la apatía no es una constante y que fluctúa según la época y el momento. A mí, particularmente, cuando más me ataca es los lunes de mañana, cuando sí o sí he de terminar el blog. En fin, lo mejor que se puede decir es que nos adaptamos y aprendemos a vivir con ella, con nuestra amiga la apatía.

Antes de cerrar el blog y para los que os hayáis quedado con interés, añadir que Abuja cuenta con aeropuerto (el Aeropuerto Internacional Nnamdi Azikiwe) y que geográficamente destaca Aso Rock, un monolito de 400 metros creado por la erosión del agua. La Sede del Gobierno, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y la mayor parte de la ciudad se extienden al sur de la roca, al contrario que aquí, que estamos al norte de ella. También cabe citar que entre los puntos de interés destacan la Mezquita Nacional Nigeriana y el Centro Cristiano Nacional de Nigeria. Por último, comentar que Abuja es conocida por ser la mejor ciudad planificada de África, así como por ser una de las más saludables y caras. Sin embargo, la población en las zonas semidesarrolladas de la ciudad viven en asentamientos informales como Karu. Karu, construida para albergar a los siervos de los habitantes de la capital y a las familias con bajos ingresos, no tiene agua corriente, sanidad o electricidad.

Hasta la semana que viene y para los que pronto estaréis de vacaciones, disfrutadlas, qué narices, que os las merecéis…

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